Posiblemente este grupo de recursos es el más conocido por parte del profesorado y el alumnado, al que se acude con más asiduidad y facilidad, y al que se accede de una forma intuitiva a través del repertorio de los buscadores a los que se alude en el apartado precedente. En tal sentido, no parece muy necesario hacer una referencia específica a los mismos, más aún cuando el abanico de posibilidades es tan amplio como, sobre todo, particular, en función de los intereses y necesidades concretas y puntuales de quienes acuden a ellos.
No obstante, la pertinencia de realizar un comentario al respecto en cuanto a su utilización nace del indiscriminado uso que se hace de los mismos por parte de los estudiantes, que no suelen tener, cuando no conocer, un criterio de selección de la información que se proporciona de los mismos, primando la inmediatez o, justamente, la facilidad de acceso de unas páginas o referencias frente a otras que no siempre aparecen ubicadas entre las primeras que estadísticamente figuran en la relación de las que ofrecen los buscadores al uso. Eso lleva a no hacer un tratamiento riguroso de dicha información, que no en todos los casos es ni la más adecuada ni la más correcta.
Es aquí donde el docente no solo ha de advertir esta circunstancia a los estudiantes sino que, además, ha de instruirles al respecto a la hora de cotejar la información con el objeto de validar su pertinencia y, ante todo, su corrección. Cuando el profesor se mueve en los niveles más básicos de la enseñanza es incluso más preferible que dicha formación se realice mediante la selección previa de las web o los recursos a los que prefiere que acuda el alumno mediante una relación de los mismos a modo de anexo o, como aparece en algunos de estos recursos como las webquest, en un apartado al uso. De este modo se lograría que no solo se aprenda a conocer nuevas fuentes de información que no son las más habituales o conocidas (Wikipedia, por poner un ejemplo), sino sobre todo a saber discriminar y seleccionar dentro de ellas la información más pertinente y, más aún, a advertir las diferencias que, más allá de las similitudes, poseen páginas o recursos referidos a un mismo tema. Con ello es posible inculcar de modo empírico el imprescindible sentido crítico que se ha de tener a la hora de acudir y utilizar la ingente cantidad de información que las TIC ponen a disposición de sus usuarios.
En última instancia, y cuando se trata de obtener información dentro de estos recursos, no está de más enseñar a los alumnos a conocer las herramientas que ofrecen los mismos a la hora de buscar entre sus contenidos. Este es el caso de la opción que habitualmente figura como “buscar” o “en caché”. Ello agiliza y hace más eficiente la selección de información.